Palma de Mallorca, noviembre 2000
En esta acción, realizada alrededor de un contenedor de escombros, los performers vamos pegando con cola toda una serie de carteles relacionados con nuestras vivencias personales y que hemos ido guardando durante los últimos 25 años. La acción se inicia pegando en el contenedor, por dentro y por fuera, carteles políticos de mediados de los 70, de la época de la transición y las primeras elecciones; de vez en cuando comentamos en voz alta tal o cual cartel, o voceamos la prensa sindical o de la extrema izquierda de mediados de los 70, leyendo titulares y fechas.
Más tarde se hace el repaso a la década de los 80, simbolizada para nosotros por las entradas y carteles de conciertos de rock, que se derraman del contenedor como si éste fuera una metáfora de la propia mente y se despliegan por el suelo en torno al contenedor y en la zona de paso de los peatones en el céntrico Passeig del Born de Palma en el que se realizaba la acción, comentando los carteles y evocando recuerdos que íbamos dejando atrás.
Finalmente, simbolizando los 90, rodeamos todo el montaje anterior pegando prospectos de los psicofármacos que hemos tomado y que hemos ido guardando a lo largo de los cinco últimos años. Con cajas desplegadas de ansiolíticos construimos una línea a lo largo del paseo que termina en una papelera. Como último acto vamos leyendo los nombres de los medicamentos y explicando en voz alta las propiedades y efectos de cada uno de ellos.
Esta acción quería representar tanto un repaso de la propia trayectoria vital como una catársis, un dejar atrás el pasado, esos 'desechos de la memoria' que dan título a la acción y que quedaron allí en Palma pegados al contenedor o al suelo, esos casi 25 años de memoria -tal vez la memoria de una generación- guardada pacientemente, de la que nos deshicimos en un solo día.